Las condiciones climáticas interiores de un invernadero no son equilibradas. Las temperaturas, los grados de humedad y los niveles de CO2... Todo varía. Estas variaciones pueden tener influencia sobre los retornos y la calidad, independientemente de si produce vegetales, plantas de macetas, flores para corte u otros cultivos. La recirculación del aire garantiza que el flujo del aire en el invernadero se mantenga en un nivel uniforme y constante; equipara las condiciones climáticas del invernadero. Como consecuencia de este movimiento de aire, la hoja se seca más rápido y tiene mejor capacidad de eliminar su humedad. Esto le da menos oportunidad al desarrollo de hongos.
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